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Sin hoja de ruta: la dura situación de los navegantes

El parate por la pandemia del COVID-19 afecta fuerte a los navegantes argentinos, especialmente a aquellos que desde hace tiempo tienen como único ingreso económico a esta actividad.

De venir prácticamente siempre a fondo, a frenar a cero... El Coronavirus afectó al deporte como a lo largo de la historia no lo había hecho ninguna otra crisis. Obviamente el automovilismo no pudo esquivar esta pandemia, y el mundo de los derrapes se vio condicionado como nunca. Pero más allá de esa abstinencia que viven hoy los pilotos, quienes más vienen penando con esta dura situación son los navegantes.


“Preocupación” e “incertidumbre” son las palabras que más se escuchan en estos tiempos, en especial por el lado de aquellos que decidieron que esta actividad sea su principal fuente de ingresos. Y sabido es que los navegantes argentinos son requeridos no solo en nuestro país sino también a nivel internacional (ya sea en torneos sudamericanos e incluso en el Mundial), donde claramente pueden hacer una buena diferencia de dinero al cobrar en dólares.


“La verdad que es difícil la situación. Somos muchos los colegas que hacemos de esto nuestro medio de vida y que el por el ritmo de trabajo que tenemos, de llegar y volver a viajar, no contamos con la posibilidad de tener otra actividad… Estamos muy perjudicados por la parte económica, por el trabajo, porque mantenemos nuestra familia y también porque la incertidumbre es difícil de llevar. Estamos esperando. Todos los días nos comunicamos entre los que siempre estamos corriendo para ver si hay novedades”, cuenta Rubén García, que en este 2020 comenzó acompañando a Marcos Ligato en el Argentino y al chileno Emilio Fernández en el WRC3 (fueron segundos en México).

“El momento que estamos pasando quienes vivimos ciento por ciento de esto y no tenemos otro ingreso es muy complicado, muy duro. Algunos, por ejemplo, desde diciembre del año pasado que no hemos podido correr en el Rally Argentino. Calculá el tiempo que llevamos sin recibir un sueldo o sin percibir la ganancia nuestra, ya que somos freelance. Si no corremos, no ganamos dinero”, reconoce Marcelo Der Ohannesian, que llegó a estar en el arranque del certamen paraguayo pero que en sus planes también figuran participaciones en el Argentino y el Rally Mobil de Chile.


“Estamos preocupados. En general a este deporte los pilotos lo hacen por hobbie, que por supuesto no me parece mal, pero todos los equipos, ya sea desde el dueño a los mecánicos están y estamos sin trabajar”, remarca Nicolás García, protagonista en Argentina, Chile y en pruebas internacionales.


“Vamos a volver a correr, porque en algún momento esto se va a solucionar, pero el problema hoy es que no hay una fecha certera. No es que vamos a estar dos meses parados y al día 60 empezamos a correr… No se sabe y eso es lo más preocupante. Nadie tiene certeza de cuándo se reanudará”, admite Miguel Recalt, acostumbrado a competir en fechas del Cordobés, Argentino y Chileno.

Ayudas de un lado, ausencias de otro…

La mayoría coincide en destacar el apoyo y la preocupación que demostraron aquellos pilotos que suelen confiar en sus servicios para cada competencia. Sin embargo, también concuerdan en que les faltó ese llamado y soporte por parte de dirigentes o responsables de cada torneo en el que participan.


“No tenemos apoyo de nadie, más allá de que nunca lo tuvimos sino que siempre nos apoyamos entre los colegas para tomar decisiones. En mi caso, tengo la suerte de contar con dos pilotos como Juan Carlos Alonso y Fernando Álvarez Castellano que están pendiente de mí y de lo que necesite”, revela Juan Pablo Monasterolo, quien tenía agendadas varias presentaciones internacionales (en el Europeo con Alonso y el Cross Country de España con Álvarez Castellano, con quien también iba a competir en el Argentino con un proyecto nuevo a bordo de un R4).


“En estos momentos no es todo la parte económica sino que también la preocupación de los amigos por saber cómo estamos es muy importante y nos mantiene arriba. Yo tengo una relación de familia con Marcos (Ligato) y constantemente me está preguntando si necesito algo; es una persona muy especial y le estoy eternamente agradecido por eso. En las reuniones de Zoom que hubo del certamen Argentino se habló mucho del tema pilotos, equipos, mecánicos y la gente que tiene los clubes que toman los tiempos, pero no se dijo nada del tema navegantes que también creo que integramos el campeonato”, agrega el cordobés Rubén García.


“Sí tuve el apoyo de personas muy allegadas a mí como Alberto Nicolás, Juanjo Décima y la familia Soria y les agradezco. No de gente de la organización, de los clubes o equipos”, indica Recalt.


“El panorama no es el mejor. Los colegas me comentan que están en la misma situación. Recibimos apoyo en mi caso de un piloto; que llama para preguntar cómo estoy y si me hace falta algo. Después en cuanto a entidades, no; al menos yo no recibí ninguna preocupación de esa parte. Sí sé que están todos ocupados, y eso me consta. Y a nivel Sudamérica también están ocupados en ver cómo sacar esto adelante y no es que se la pasan de brazos cruzados esperando que el asunto se resuelva. De esto vive muchísima gente más allá de las tripulaciones”, sostiene Leo Suaya, quien en los últimos años corrió más fechas en el exterior que en Argentina.


“Hay muchísima incertidumbre, no se sabe con qué nos vamos a encontrar y seguramente para los organizadores también será difícil porque tienen que empezar a lidiar con los municipios que a veces no cuentan con el dinero correspondiente para hacer carreras. Personalmente mi situación es muy complicada; si bien estoy tratando de aguantar con algunos ahorros que tengo, ya estamos en julio y ni siquiera se habla de cuándo se puede volver; creo que esto va para largo. Pero hay que aguantar porque la situación es difícil para todos”, comenta el popular “Kirra”.

Una salida complicada

Cuando esto tienda a normalizarse y se confirme el regreso de la actividad, todos saben que se vendrá otro problema: ¿a quién acompañar? Es que con tan pocos fines de semana por delante para completar este 2020 no es difícil imaginarse que habrá superposición de fechas. Si eso ocurría antes (cuando pedían cambios a los organizadores para estar en la mayor cantidad de eventos posibles), obviamente va a suceder ahora.


“Lo único que espero es que esto se reanude lo antes posible; y si hay que hacer un esfuerzo entre todos para que eso ocurra, habrá que hacerlo. El tiempo que queda para correr es muy poco, porque ya se va a ir más de la mitad del año y no creo que todos los países puedan tener en cuenta en qué fin de semana hará la carrera el otro. Ahí ya será un problema nuestro el saber a dónde y a qué darle prioridad; pero no va a estar fácil el tema”, adelanta Suaya.


“Creo que los navegantes tendremos que correr donde se pueda, donde tengamos el compromiso mayor. Cuando esto se habilite, todos querrán hacerlo dentro de sus posibilidades, así que ojalá se dé y se superpongan fechas para que haya trabajo para todos”, admite Recalt.

Y también habrá que ver cómo estará el tema de las restricciones en cada país. “Yo por lo general tengo una carrera en septiembre en Marruecos, pero será imposible ir si no salen aviones. En Italia están probando los autos porque ya comienzan las carreras; y en mi caso no puedo viajar. Espero que todo arranque cuanto antes y que entre los entes organizadores, dentro de lo posible, hagan algo como para que no se interpongan los calendarios”, se esperanza Nico García.


“Cuando volvamos a correr será todo muy diferente. Tendremos que andar con barbijos en la asistencia, los saludos ya sabemos que no van a ser los de antes… Será todo muy raro, algo que nadie se esperaba vivir, pero es lo que nos toca y habrá que adaptarse”, indica “Pupín” Monasterolo.


“Lo que resta para este año, y si se hace algo, posiblemente se junten los calendarios porque todos harán uno de emergencia y habrá pocos fines de semana para tantos campeonatos. Pero ese es un problema para más adelante; hoy lo único que espero es que esta situación se normalice lo más rápido posible, que todos podamos volver a trabajar. Ojalá que de una vez por todas juntemos fuerzas y tratemos de salir todos juntos”, se ilusiona Der Ohannesian.


“Será difícil organizar el tema viajes y demás. Esperemos que pronto se reinicie la actividad por el bien de todos los que necesitamos trabajar, esa es la verdad”, afirma Rubén García.


Acostumbrados a mirar constantemente los relojes, hoy los navegantes están más pendientes que nunca de ese elemento y del paso del tiempo, deseando que la cuenta regresiva llegue a su fin lo antes posible.


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