A poco más de cuatro meses de la competencia, los organizadores de la cita mundialista en Jyväskylä todavía tienen varias preguntas sin respuestas. En especial ponen en duda la chance de realizar el evento sin la presencia de público, ya que no sería financieramente viable. Si no reciben apoyo oficial, la otra opción sería copiar el modelo estonio, que en 2020 admitió a un número limitado de espectadores.
Tras la cancelación de la temporada pasada a causa de la pandemia de COVID-19, está previsto que el Rally de Finlandia, una de las citas más tradicionales del Campeonato Mundial de Rally, vuelva al calendario del WRC para convertirse en la octava fecha del año (del 29/7 al 1/8). Sin embargo, a poco más de cuatro meses de su disputa, los organizadores tienen aún muchas preguntas sin respuestas.
La empresa de marketing AKK Sports viene de estar a cargo de la primera visita del WRC a Rovaniemi para el denominado Arctic Rally. Ahora ya se centran en lo que será la segunda presentación prevista de la máxima categoría de los derrapes en Finlandia. Sin embargo, Riku Bitter, CEO de AKK Sports, señaló que la clásica carrera de Jyväskylä es un proyecto mucho más grande que también requiere más dinero.
En 2020, el mayor obstáculo para organizar la competencia fue que sin la audiencia, el rally no habría sido financieramente viable para AKK Sports. Y ahí estaría uno de los grandes problemas, ya que la cita que se disputará en el verano europeo depende de los ingresos que se generen con la venta de entradas (al igual que por ejemplo sucede en Suecia). ¿Será posible realizarla sin público? “Sigue siendo un gran signo de interrogación. Es difícil”, reconoció Bitter a Rallit.fi.
En septiembre pasado, Estonia pudo tener su estreno en el Mundial con un número limitado de espectadores (vendiendo un total de 16.000 paquetes de entradas, divididos en 16 grupos diferentes), aunque la carrera también recibió unos 2,5 millones de euros en apoyo del estado. Para este año, Estonia planea usar el mismo modelo en julio, aunque apuntando a llegar a 50.000 espectadores divididos en 25 grupos.
“También hemos considerado utilizar el llamado modelo estonio. Sin embargo, todavía no hemos entrado en detalles sobre si nuestro concepto sería similar al de Estonia”, agregó Bitter, que además indicó que están esperando más información del gobierno finlandés sobre cómo el estado apoyará los eventos afectados por la pandemia. En febrero, el ministro de Economía de Finlandia, Mika Lintilä, señaló la posibilidad de que el gobierno pudiera ofrecer ciertas garantías a los organizadores de eventos de verano. En otras palabras, si el evento aún se cancela, el estado reembolsará parte de los costos. Sin embargo, aún no se ha tomado una decisión formal y el reloj sigue corriendo.
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